No hubo grandes promesas de encuentro, sólo una fecha, que luego fue pospuesta, y el deseo casi involuntario de hacer algo “diferente”.
“Fiel a la cita como a los infortunios”, aseguro que no recuerdo quien lo dijo, pero estuvimos de esa forma, fiel a la cita.
Allí nos recibió la risa y la alegría, el chiste improvisado y la algarabía.
Conocimos la creatividad del hombre y la generosidad de la mujer, y su viceversa. Tratamos de calcarla, pero no pudimos.
Pero talvez lo más emocionante de todo, aparte de la naturaleza y la carretera, la sombra del árbol después del sanconcho y la cervecita, el dulcito, sólo un chin después del cafecito, el cuerpo del amigo que se ofrecía a recostarnos de él, talvez lo más emocionante fue apreciar la cordura de la locura y la locura de la cordura. Concluí que me había empeñado en vivir la locura de la locura y no sé hasta donde ha sido lo mejor.
20 marzo, 2007
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ResponderEliminar!!Amiga-Hermana que emocioooon verte sudando ideas e emanando poesia, Bendito sea el padre que nos ha regalado tantos dones y te bendice cada día con el don de la palabra... la "palabra" hecha y compuesta a traves de El por tus manos con el solo proposito de enriquecer el espiritú de quienes nos topamos con ella.!! Bendita tu Luz Hermana.
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