21 marzo, 2008
Memoria de elefante
Llevo empapado el ruedo de mí vestido
una gruesa cadena amarrada a mi ombligo
y dos buitres descansando en mis hombros.
En mi oído derecho
tengo como pendiente el alarido de un perro;
y en mi oído izquierdoel llanto de una bruja.
Mis zapatos también están mojados
han causado horribles llagas en mis pies
las que he cubierto cuidadosamente con hojitas de limón.
Mi corazón está preñado de cuervos
que no esperan a nacer para sacarme los ojos;
y mis ojos, aguardan una tormenta.
Tanto me pesa esta tristeza
que casi no puedo moverme,
es como si sobre mí,
caminara una manada de elefantes.
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¿Cuanto peso puede soportar un corazón tan libre, tan pequeño tan grande al mismo tiempo?
ResponderEliminarBesos... de a tres.
La tristeza es a veces una fuente de belleza y de ella brotan poemas como este.
ResponderEliminarNo creo, Mi Chabe, que en tu alma haya tanto pesar, si bien eres amante de las nostalgias, acuerdate que para el Angel Gris la misma es una bendicion, en tus propias palabras, se feliz!!
ResponderEliminarNecesariamente para existir necesitamos esos momentos llenos de nostalgia, tristeza, tan llenos y tan vacios a la vez. Cuando nuestgra alma es capaz de llenar los sentidos de los sentimientos mas tristes y mas profundos... Conozco de ellos tan bien como me conozco a mi misma.
ResponderEliminarElizabeth S.